Los molinos harineros fueron, durante siglos, una fuente de sostenimiento importante para la población de Bianya. Ciertamente no fueron grandes molinos, porque las corrientes de agua que atraviesan las tierras de Bianya no son caudalosas, pero si que resolvían necesidades familiares y del vecindario más cercano. 

Los molinos de Farró, la Boa, el Colomer, la Mola, Pladeveia, del Solà, del Puig, de las Planes y otros son testimonios de un pasado más o menos esplendoroso pero que la evolución actual ha dejado inactivos, porque las técnicas de moler han cambiado muchísimo. 

Los molinos mantienen, pero, su interés y son testimonios de una vida de payés que ha formado siempre parte de la historia y la cultura del territorio. 

En la Canya, en la ribera del Fluvià, hubo también molinos papeleros, la producción de los cuales tuvo gran importancia y fue conocida en toda Cataluña, especialmente durante los siglos XVIII y XX.